Es un proceso de reconstrucción de diálogo, entre dos o más partes en conflicto, con la intervención de un mediador imparcial que procurará que puedan llegar por ellas mismas a la solución de su conflicto, o al menos a mitigarlo, mejorando las relaciones entre ellos.
Los principios sobre los que se basa la mediación, y que marcan la diferencia entre este procedimiento y las otras formas de resolución de conflictos son: la voluntariedad, la imparcialidad de los mediadores, la neutralidad respecto a la toma de decisiones, la confidencialidad, la buena fe y el respeto mutuo entre las partes.