La mediación civil se fundamenta en la voluntariedad y en la libre decisión de las partes para resolver por sí mismas las controversias, con la ayuda de un mediador, a través de un proceso flexible que les facilita el que puedan lograr acuerdos prácticos y válidos, de forma rápida y económica.
A través de la mediación civil los particulares pueden dialogar, escuchar, llegar a comprender los intereses del otro y, lograr acuerdos que beneficien a todas las partes.
Las controversias que se gestionan a través de la mediación civil suelen estar relacionadas con:
- Problemas relacionados con la propiedad de bienes muebles o inmuebles (tierras, edificios, caminos y construcciones de todo género).
- Desacuerdos sobre la posesión de bienes, el usufructo y las servidumbres.
- Los derechos y obligaciones derivados por la autonomía de la voluntad, como los negocios y los contratos.
- La responsabilidad civil.
- Las relaciones de contenido patrimonial o económico.
- Los conflictos generados en el ámbito de la propiedad horizontal (derramas, coeficientes, impagos, deudas, etcétera).
- Los conflictos transfronterizos.
Las perspectivas para la mediación civil en España son favorables con la ayuda de todos, abogados, jueces, magistrados, cualquier profesional que asesore a las partes en conflicto y la implicación necesaria de las Administraciones Públicas.